Es la más frecuente de todas las parálisis de los nervios craneales, y puede afectar solo un lado de la cara (unilateral) y en raros casos los dos lados de esta (bilateral)
Por su orígen puede dividirse en dos grupos
- Parálisis facial periférica idiopática, también llamada parálisis de bell o parálisis a frigore
- Parálisis facial sintomática secundaria de menor frecuencia y regularmente causada por otra enfermedad
La parálisis facial tiene un comienzo agudo y no tiene causa conocida. Se asociaba con el enfríamiento brusco del rostro, de ahí el nombre parálisis a frigore, sin embargo, hoy se atribuye la inflamación del nervio a una infección viral (de la familia de el herpes virus). Generalmente afecta en un 99% de los casos solo un lado de la cara y en caso de ser bilateral o afectar ambos lados debe hacerse una investigación mas exhaustiva de su orígen. Provoca parálisis de los músculos faciales de forma total o parcial. El nervio también controla las glándulas lacrimales, glándulas salivares y músculos de un pequeño hueso de el oído llamado estribo. Este nervio (facial), también transmite sensaciones del gusto provenientes de la lengua.
Cuando se produce la parálisis de bell (llamada así por Charles Bell, cirujano escocés del siglo XIX quién fue el primero de describir la afección), se interrumpe la función del nervio facial y por tanto el envío de mensajes del cerebro a los músculos faciales.
Los sintomas de esta enfermedad pueden ser diversos debido a la complejidad del nervio facial y estos varían en las personas desde una debilidad leve a una parálisis total e incluso ticts, parálisis en uno o ambos lados de la cara, caída del párpado y de la comisura de la boca, baboseo, sequedad de la boca o el ojo, deterioro del gusto, y lagrimeo excesivo de un ojo. Muchas veces estos síntomas comienzan súbitamente y llegan al máximo en 48 horas, llevando a una distorsión facial significativa.
Otros sintomas pueden incluir dolor, molestias alrededor de la mandíbula y detrás del oído, zumbido en uno o ambos oídos, dolor de cabeza, perdida del gusto, hipersensibilidad del sonido del lado afectado, deterioro del habla, mareos y dificultad para comer o beber.
Causa
La parálisis de bell se da cuando el nervio que controla los músculos faciales esta inflamado o comprimido, sin embargo, se desconoce qué es lo que causa el daño. Se cree que el nervio facial se inflama como reacción a la infección. La mayoría de científicos cree que estas infecciones son causadas por virus de la familia del herpes virus.
Esta enfermedad puede afectar a hombres y mujeres por igual y a cualquier edad, siendo menos frecuente antes de los 6 y después de los 60 años. Así mismo puede afectar de manera mas frecuente a embarazadas, personas que padecen de diabetes y enfermedades respiratorias como la gripe.
Tratamiento
No hay una cura o curso estándar de tratamiento para la parálisis de bell. El factor mas importante en el tratamiento es eliminar la fuente del daño nervioso. En algunos casos leves no es necesario tratamiento ya que generalmente los síntomas pueden desaparecer en dos semanas. Para casos graves el tratamiento puede incluir medicamentos y otras opciones terapéuticas.
Se ha demostrado que los esteroides son un tratamiento eficaz y analgésicos como aspirina, paracetamol o ibuprofeno pueden aliviar el dolor.
Otro factor importante es la protección ocular ya que la parálisis de bell puede interrumpir el parpadeo dejando al ojo expuesto a la irritación y sequedad.
La fisioterapia sirve para estimular el nervio facial y mantener el tono muscular. Los masajes y ejercicios faciales pueden ayudar a evitar contracturas permanentes de los músculos paralizados antes de que se produzca la recuperación. El calor húmedo aplicado al lado afectado de la cara puede ayudar a disminuir el dolor. Las terapias con vitaminas B12, B6 y Zinc estimulan el crecimiento nervioso.
Pronóstico
Generalmente el pronóstico para pacientes con parálisis de bell es muy bueno. La extensión del daño determina el alcance de la recuperación. El tiempo de recuperación varía de un individuo a otro. Con o sin tratamiento los pacientes empiezan a mejorar en dos semanas del inicio de los síntomas y la mayoría se recupera completamente dentro de los tres o seis meses. En algunos casos sin embargo los síntomas pueden durar mas tiempo o no desaparecer nunca completamente. En casos infrecuentes, el trastorno puede regresar del mismo lado o el opuesto de la cara. En algunos casos, se presenta una variante de espasmo hemifacial ipsilateral como secuela.